Vie,19 abril, 2024

Avanza el armado del Museo Sacro Guaraní Jesuítico en San Miguel

Tras largo anhelo de la feligresía de San Miguel Arcángel, los avances de la puesta en valor del templo alientan el sueño de ver concretado el Museo Sacro Guaraní Jesuítico. La comunidad conoce el valor de su patrimonio religioso y ha gestionado largamente la concreción de este museo.


 Este proyecto es una gestión realizada entre el Arzobispado de Corrientes y el Instituto de Cultura de Corrientes, a través de su presidente el Arq. Gabriel Romero con participación de la Comisión de Cultura del Arzobispado.

 Esta iniciativa fue consensuada con la Comisión Pro Museo de San Miguel, la Comisión de Cultura del Arzobispado y el equipo de la Dirección de Patrimonio del Instituto de Cultura de Corrientes, a cargo de la Arq. Marisol Maciel, la Museóloga Mercedes Vera y la restauradora Elisa Martínez, y se apoya en el rescate del patrimonio, la revalorización de la identidad local, previéndose un museo sacro como espacio cultural y de encuentro con la historia y la identidad.

 Por tal motivo, el Instituto de Cultura ha celebrado un convenio con el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio CICOP, como marco para la realización de las acciones preventivas y de preservación de la imaginería religiosa de la provincia.


 Patrimonio


El territorio donde hoy se encuentra la ciudad de San Miguel recibe población guaraní de los pueblos de las misiones luego de la expulsión en 1767 de los jesuitas, estas familias de guaraníes pudieron escapar dispersándose y llevando consigo las imágenes, que ellos mismos habían creado en los talleres de las misiones.

 El patrimonio de estas poblaciones pervive en la actualidad y se manifiesta en sus fiestas patronales, en sus altares domésticos, y en la idiosincrasia toda de esta población.

 El lugar elegido para el museo es el primer templo cuya construcción es atribuible a una obra del gobierno del Doctor Benjamín González, es una sencilla arquitectura neocolonial, y su piedra fundamental ha sido colocada en 1928 según nota publicada en Caras y Caretas. La apuesta es recuperar la imagen de la iglesia reintegrando algunos elementos que desaparecieron con el tiempo.

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