La Justicia uruguaya realiza una serie de procedimientos en “El Entrevero”, el campo propiedad del empresario santacruceño que es investigado por lavado de dinero. Una jueza uruguaya pedirá informes a Casanello.
La policía custodia en estos momentos la chacra que Lázaro Báez tiene en Uruguay: varios patrulleros se encuentran apostados desde hace algunas horas en la puerta de ingreso a la estancia “El Entrevero”.
Esta chacra de 152 hectáreas fue adquirida en el verano de 2011 en un negocio planeado por Maximiliano Goff Dávila y Leonardo Fariña, quienes también están imputados en el expediente que tiene bajo su órbita el juez federal Sebastián Casanello en la Argentina.
Las autoridades investigan la compra del campo que se encuentra situado entre las localidad de Punta del Este y José Ignacio: en la mira está la operación realizada en 2011 por 14 millones de dólares.
Esta estancia tiene una playa exclusiva sobre el océano Atlántico. Entre sus árboles hay ocho grandes contenedores. Hasta hoy se desconocía qué había dentro de ellos.
A principios de esta semana, la Justicia uruguaya ordenó embargarlo y hoy puso en marcha los allanamientos. En las próximas horas empezarán a develarse algunos misterios que giran en torno de la propiedad.
“Se está trabajando en la investigación. Las medidas son reservadas. Por el momento no está previsto citar a personas involucradas o testigos”, dijo al diario uruguayo El País una fuente de la pesquisa.
El mismo medio adelanta que la jueza Adriana de los Santos enviará un exhorto a los magistrados Sebastián Casanello y Sergio Torres, solicitando información sobre los resultados de los allanamientos que desde el martes se realizan en las propiedades que Báez tiene en Río Gallegos.